Reseña
José M Gómez Mira

"Una palabra, un verso"
Para mis Lectores...
En el momento en el que un poema sale a la luz se vuelve un reflejo del escritor, se instala en los sentimientos de quien lo lee. Recuérdalo, lector, cuando con tu voz recites mis versos, pues tuyos serán también
En medio, un café...
Comencé a alimentarme de poesía, humedeciéndola por las mañanas en un café, con versos nacidos de otras plumas. Ahora una tacita madrugadora es cómplice de mi inspiración. Leer o crear lecturas, pero siempre con el compás de una cuchara que disuelve el azúcar.
Una mágica pluma...
Una pluma entre los dedos es el apéndice para mi libertad, se convierte en el vehículo de mis sentimientos, es mucho más que la prolongación de mi mano. Mi pluma son sueños, ideas, amores, la desembocadura del río de mis versos.


Cantos del llano (EN LLAMAS)
Inspiración de Poeta





Opiniones de mis lectores
Excelente escritor, con talento y entrega total en su inspiración ante tanta belleza rimada, conformando sus versos en poemas.

Maravilloso disfrutar de sus poemas, es navegar con sus versos en alta mar y la naturaleza misma...

Los versos de José M. Gómez Mira, son todo su sentimiento en palabras libres.

¿QUIERES DISFRUTAR DE MIS POEMAS?
Presentación
Ahora me encuentro en una tesitura…
¿Cómo explicaros lo que sentí al redactar estos versos?
¿Debo ponerle condicionales a lo que vais a leer?
Prefiero no hacerlo, prefiero que entréis sin ninguna intención en estas páginas, y que seáis vosotros mismos quienes extraigais vuestras propias conclusiones.
Gracias por acercaros a mis palabras. me alegra que así sea.
Cantos del llano
ATAJOS DE LLUVIA
Me acerco hasta la selva
de los paraguas danzarines
que levitan entusiastas en el aire,
entre aromas empapados en sus sedas.
En sus telas descifró mis renglones,
es en ellas donde entinto mis ideas,
donde narro la algarada y el cansancio,
mi deseo vacilante de cascadas…

LAS PIEDRAS DE LUNA
Cuando en la intimidad de los días ordinarios emergen los conspiradores se multiplican sobre las calles los sarcófagos, se abrasa en las calzadas el aparente andar anarquista del tiempo,
y en las plazas los ciudadanos son inscritos en una lista para su compraventa, conducidos por la falacia
de la intromisión del purgatorio…
Tuvo un día la mar
la desvergüenza de explicarme
lo diminuto que soy.
Desde entonces
las olas sacuden la vanidad
que dejé en sus orillas.
